conocemos
Cuando era pequeño, me imagino que quería ser de mayor, futbolista. Y digo, imagino, porque nunca he tenido una vocación clara como algún conocido mío que siempre ha sabido lo que quería ser, médico, enfermera, incluso barrendero, como mi primo (estaría bueno, con lo desordenado que es). Lo que sí tenía claro es lo que no quería ser y lo que se me daba bien. Entre estas últimas tenía una virtud inusual: empatizar. Era capaz de ponerme en la piel de cualquier persona y encontrar las motivaciones que le habían llevado a realizar cualquier acto, entenderlas y poderlas defender. Esto me sirvió de mucho a lo largo de mi juventud, tenía un montón de amigos y me llevaba con todos muy bien. También me di cuenta que tenía otra característica en mi carácter: era el abanderado de las causas perdidas. Esto que puede parecer que es una tortura por la cantidad de injusticias que hay en el mundo diariamente, me ha servido para luchar por lo que creo que es justo, y nunca dar nada por perdido.
En 2006 caí en una inmobiliaria, sector que no tenía nada que ver con mis estudios ni con mi anterior trabajo, ni con mi forma de vestir (lo del traje nunca lo he llevado bien). Descubrí que era un campo donde podía desarrollar las dos virtudes que me identificaban y me hacían único, era capaz de ponerme en la piel del vendedor y saber sus motivaciones y entenderlas, pero por el contrario, también era capaz de ponerme dentro del comprador y encontrar las circunstancias que le estaban llevando a esa compra. Esto unido a mi tenacidad y a mi afán por que las operaciones salieran perfectas y a que todas las partes implicadas salieran contentas me llevo junto con mi equipo, del que estoy muy orgulloso, a empezar el proyecto de AREAVIVENDI, que en este momento cuenta con dos oficinas consolidadas, una en la zona de la Avenida Valencia y otra en el barrio de Fadrell.
Después de estos diez años puedo afirmar que no era el trabajo de mis sueños pero es el trabajo que me ha permitido alcanzar muchos de ellos. Es el trabajo donde he podido desarrollar mi carácter y donde me siento a gusto y, esto, amigos y clientes, se refleja en el trato que os damos.
Podemos presumir de ir con la cabeza alta por cualquier parte. Os esperamos en nuestras oficinas, queremos demostraros lo profesionales y capacitados que somos para poder asesoraros en vuestros proyectos.
A vuestra disposición,
Gustavo Alegre
Director Areavivendi